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Todos los dias escucho que “es muy importante que los chicos sepan de los peligros de internet”.

No cabe duda que es cierto pero ¿no sería mejor que lo supieran los adultos? Es que tengo la impresión que la tecnología avanza de tal manera que algunas generaciones se han quedado en el camino y son muchos los que simplementente miran como sus hijos van haciendo clicks a la velocidad del rayo mientras ellos apenas saben manejar el control remoto de la TV.

Secretamente estan orgullosos de las habilidades de los pibes, los admiran más o menos veladamente pero se acercan a una computadora con una reverencia digna de mejores causas. Tocan un tecla y salen corriendo, a lo mejor sonrien como si hubieran cometido un pecado o por un segundo hubieran alcanzado el Nirvana pero enseguida vuelven a su realidad donde reinaban las válvulas y las perillas y todo era, aparentemente, mucho más sencillo.

La carrera contra la tecnología es una de esas carreras que no puede ganarse y entonces ¿cómo resolverá el mundo este dilema? ¿Deberá resolverlo? A veces, la mejor manera de ganar es no jugar y este es uno de esos casos.

Entonces ¿habrá que educar a los padres para que eduquen a sus hijos? Obviamente sí pero no creo que eso tenga que ver con darles conocimientos técnicos de ninguna clase, bastaría con explicarles que lo que ven allí, sólo es una herramienta y como tal, es tan buena o tan mala como cualquier otra. Dudo mucho que alguien en su sano juicio dejara su hijo de 10 años conducir un automovil, sin embargo la PC está allí, en su cuarto, semi escondida y oh casualidad, la pantalla se pone negra apenas un adulto cruza la puerta ¿Qué hacés? Nada, chateaba ¡Ahhhhhhhh! Media vuelta y silencio. “Chateaba chateaba chateaba” Repite para si como si fuera una letanía, esas palabras mágicas que pronunciaban los antiguos chamanes.

“En la mayoría de los países de América Latina y el Caribe no existe una legislación, normas, políticas públicas para enfrentar con éxito, los problemas derivados de la explotación sexual comercial de niñas, niños y adolescentes –Escnna por su siglas- en la red lo cual afecta el derecho a la privacidad y la intimidad de estos sectores, estimulada por la explosión de la llamada Web 2.0 y sus “redes sociales” o grupos de intercambio de contenidos. Urge entonces, subsanar esta carencia para combatir los delitos como la pedofilia, la pornografía y la prostitución infantil en la Internet, al mismo tiempo que desarrollar prácticas preventivas en aras de una red segura y sana.“

Es duro ser adulto en estos tiempos. Crecimos esperando dar ordenes y ahora nos encontramos con que las órdenes nos las dan los más jóvenes. Nos perdimos en alguna parte. Esta pelicula está mal editada. A mi me habían vendido que la cosa no era así. Renuncio.

Tal vez hay algo peor, una parte de esa generación de adultos que de golpe se encontraron en medio de la era digital tienen el peor de los defectos: creen que saben.

Y entonces los escuchamos hablar de Facebook y nos cuentan TODO, envian mails con PowerPoint a todos sus contactos todos los malditos días. No llenan la casilla con cosas que NO PODEMOS DEJAR DE VER y se asustan cada vez que en la TV alguien dice que hay un nuevo virus que amenaza la internet. Claro que el problema no es no saber algo. El problema es no darse cuenta y actuar como si se supiera.

Tal vez, si se dieran cuenta que las cosas son más sencillas de lo que parecen … si entendieramos que el entorno puede cambiar, que lo analógico puede transformarse en digital sin que eso provoque catátrofes apocalípticas. Si entendiéramos que es mejor dos clicks para hacer lo que antes requería horas o años pero que el resto sigue siendo el mismo. Si entendiéramos que los peligros son otros pero nada más … que sigue habiendo ambiciosos, soberbios, perversos, tontos y también buena gente. Si entendiéramos que si algo no ha cambiado es justamente eso y que no hace falta saber informática para vivir según las reglas del sentido común …

Tal vez, quizás, con suerte y viento a favor, algo habríamos cambiado.